Desde el comienzo estableceremos que la eficiencia estará dada cuando el orador domina (o por lo menos, conoce mucho mas que su público objetivo), el tema que va a exponer. Nada más triste que escuchar a un orador que no conoce el tema del que habla. Por lo tanto, lo primero a recomendar es hablar de lo que conocemos, negarnos a hablar de lo que no dominamos, o prepararlo de tal manera que nos asegure la dignidad necesaria en la presentación.
Hecha esta salvedad, queda claro que hablaremos de aquí en mas del complemento del contenido o sea la forma, el marco, el entorno de aquello que, en primera instancia, podría ser considerado como lo esencial. Sin embargo veremos estudios que aseguran que la forma tiene mas que ver en el resultado de la presentación que el contenido mismo. Esto redundará en la efectividad de la presentación y por lo tanto en el éxito de la misma. Contenido sin forma al igual que forma sin contenido, no será exitoso y por lo tanto será solo una perdida de tiempo y dinero tanto para nuestra empresa como para nuestros clientes o escuchas ocasionales.
Los aspectos visuales
La efectividad pasa por una serie de aspectos, entre los cuales, los visuales son los que analizaremos para comenzar.
El presentador debe entender que una vez que se para frente a su público, una vez que aceptó subir al escenario, es el centro de atención, recibirá el 100% de las miradas, se ha transformado en el show del día y así debe asumirlo. Al igual que un actor que sale a escena para representar su obra noche tras noche, debe dejar lo mejor de sí para su publico, debe concentrarse, debe dejar atrás sus problemas personales, y tratar de encantar. De nada vale tratar de esconderse tras un proyector o dar la espalda a la audiencia, una vez frente a ellos mas vale dar de frente lo mejor de uno, dejar la vida por los que vinieron a escucharme. ¡Si no piensa así, no suba al escenario!
Esto no quiere decir que hay que tomar cursos de actuación para hacer presentaciones ni pensar en sobreactuar cuando estoy frente a un grupo de clientes que vinieron a escuchar de mi producto o servicio. Quiere decir que debo entrenarme en algunas técnicas sencillas que me pueden ayudar a transmitir un mensaje creíble, pues después de todo, de eso se trata. Ser creíble.
El rostro
A través de nuestro rostro transmitimos gran numero de mensajes a nuestro público. Es importante no gesticular de mas durante la presentación pero si mantener un rostro «abierto». Qué es un rostro abierto? Es un rostro en el cual predominan los gestos que tienden a la sonrisa sobre los gestos serios, adustos y que parecen demostrar que estamos enojados. Es un rostro dispuesto a recibir de los demás. Es un rostro amable. Sugerimos que ensaye frente a un espejo diferentes tipos de rostro y averigüe cual es un rostro abierto y cual es su rostro de enojo o cerrado. Sabrá luego cual usar en las presentaciones.
La vista es un elemento esencial a cuidar muchísimo durante la presentación. Cada asistente a la presentación debe tener al final de la misma la sensación de que le fue dirigida en su totalidad sólo a él. Para lograr esto se debe rotar entre todos los asistentes la vista de modo de mirarlo a todos repetidas veces y cambiar cada 3 o 4 segundo de uno a otro. Esto requiere de entrenamiento y no les quepa dudas que lo principal para lograr hacer buenas presentaciones es practicar una mil veces este tipo de conceptos sencillos. En un auditorio pequeño y con poca gente debemos ser especialmente cautelosos de no olvidar a nadie, podemos estar tentados de dirigirnos con la vista solo a la gente que conocemos y con los que nos sentiremos mas a gusto. Puede ser un grave error que luego pagaremos caro. Recuerden mirar a todos, todos, todos en el auditorio. Si el mismo es muy grande, lo haremos por zonas y al mirar a un grupo parecerá que miramos a cada uno pero por favor, roten por todas las zonas del auditorio.
Pruebe esto: intente hablar con una persona de su confianza sin mirarlo por determinado tiempo y vea como responde. Cómo se sentiría Ud.? Verá así la importancia de tener contacto visual con su audiencia. Háblele a la gente, no a las paredes u objetos que hay en la sala donde esta realizando la presentación. Ellos le devolverán las miradas y por lo tanto mas atención a la presentación.
La sonrisa es otro de los atributos del rostro que lo transforman y transmiten confianza a los receptores de nuestro mensaje. La presentación debe amenizarse entre momentos serios y otros más livianos o amenos. Se puede sin embargo, mantener durante el transcurso de la presentación un gesto que tienda a la sonrisa. Nunca finja una sonrisa, simplemente manténgase alegre, contento de estar haciendo lo que esta haciendo. Si sufre por dentro, será muy difícil que pueda mostrarse contento de estar realizando la presentación y el público lo va a anotar.
No lo olvide, practicar, practicar y practicar, es de los pocos secretos para realizar buenas presentaciones orales.
En futuras entregas seguiremos con los temas visuales así como otros relacionados a las presentaciones. Con gusto recibo sugerencias sobre temas a tratar así como comentarios y preguntas, completando el formulario al pie.
Las notas que siguen en esta serie: