Desde un punto de vista de conexión, sí. Una vez que conectamos nuestro sitio a la Web, una vez que tendemos ese cable (o antena) a nuestro proveedor de servicios de Internet, estamos integrados a toda la red mundial.
Lo mismo sucede, hace décadas, con el teléfono de larga distancia.¿Y alguna vez en su empresa recibió una llamada de un posible comprador desde Burkina-Faso? ¿O desde la Guyana francesa? ¿O desde Tasmania?
Muy probablemente, no. Entonces tampoco espere que entren a su sitio Web desde esos lugares remotos. En parte por lo explicado en el mito II. Sólo el estar en línea no nos garantiza que alguien va a venir. No a menos que vayamos y le digamos que estamos aquí y que lo estamos esperando, y que es bueno visitarnos …. que su visita a nosotros le aportará valor.
Sólo el estar en línea no nos garantiza que alguien va a venir. No a menos que vayamos y le digamos que estamos aquí y que lo estamos esperando, y que es bueno visitarnos …. que su visita a nosotros le aportará valor.
Una de las razones por las cuales su empresa nunca recibió una llamada telefónica desde Tasmania es algo tan elemental como que cuando ellos están despiertos, nosotros estamos durmiendo, y viceversa.
Lo que nos lleva al famoso asunto del 24×7. Esto es, pasar al tema que nuestra tienda en la Web debe estar abierta todo el día, todos los días. Si realmente esperamos que australianos, japoneses, chinos o coreanos accedan a nuestro sitio, debemos garantizar que el sitio sigue activo mientras dormimos. Que los sistemas responden los requerimientos a toda hora. Esto tiene implicancias en los costos de los servidores de Internet y el Software. Así como el advenimiento de los shopping centers implicó un importante cambio de paradigma para los tenderos, que comúnmente hacían «semana inglesa» (lunes a viernes horario de oficina más sábados a la mañana); pasar a un esquema 24×7 implica un avance en ese cambio.
Si realmente esperamos que australianos, japoneses, chinos o coreanos accedan a nuestro sitio, debemos garantizar que el sitio sigue activo mientras dormimos.
O un nuevo cambio. Pues aún con el esquema de Shopping Centers, quedan un par de días al año (primero de enero, primero de mayo) y todas las noches para realizar operaciones de mantenimiento, limpieza y orden. En términos informáticos, por ejemplo: bajar el servidor, o hacer operaciones «dedicadas» sobre él.
En un esquema 24×7, el tiempo disponible para eso es mucho menos, o nada. Lo que nos hace imprescindibles esquemas de «alta disponibilidad», por ejemplo, o la necesidad de sistemas alternativos para recuperación ante desastres como incendios o inundaciones. Y en Uruguay somos agraciados que no debemos preocuparnos por terremotos o volcanes.
La razón más importante que no hayamos recibido llamadas de clientes desde Corea es, claro está, el hecho que no entienden cuando nuestra telefonista dice «Hola??».
Hay en el mundo centenares de lenguajes, dialectos y variaciones. Lo que lleva a que si queremos «llegar a todo el mundo», entonces nuestro sitio debe estar traducido a todos los idiomas. Eso, si nuestros clientes potenciales son un segmento definido, pero presente en todas partes del mundo. Nunca es así, claro, y nadie tiene su sitio traducido a más de unos pocos idiomas.
La razón más importante que no hayamos recibido llamadas de clientes desde Corea es, claro está, el hecho que no entienden cuando nuestra telefonista dice «Hola??».
En buena medida, el inglés se ha transformado en el «lenguaje de la Web».
No el español. Si limitamos el sitio de nuestra empresa al lenguaje local –escribimos esto en Uruguay, conste – sólo alcanzará a países de habla española. Eso mantiene problemas serios: 1) uno de los socios del Mercosur, el más grande, nada menos, queda fuera. 2) sólo en América Latina se hablan muchas variaciones del mismo idioma. Y palabras que uso común en un país pueden tener un significado grosero en otro. Preferimos no poner ejemplos.
Si lo traducimos al inglés, seguramente alcanzaremos un mucho mayor rango. Pero añadimos un nivel de dificultad al sitio, en la medida que cada cosa que se publique debería ser traducida, lo cual introduce en nuestro «elenco estable» de soporte al sitio a uno o más responsables de traducción. Y para peor, aún con buenos traductores, hay errores muy comunes, que traspasan por lo menos al 90% de las traducciones: «billion» para un estadounidense es una cifra diferente a «billón» para nosotros (mil millones, y un millón de millones, respectivamente); mientras que «actual value» en inglés, quiere decir «valor real» y NO «valor actual» (que se dice «present value»). Es posible que si un traductor profesional lee esto piense que son ejemplos de Perogrullo, pero lo cierto es que son dos errores tremendamente difundidos.
El inglés estadounidense tampoco es exactamente el de Inglaterra. Ni el portugués de Brasil es idéntico al de Portugal…..
Unido a las traducciones está el tema de las marcas, y si el nombre de mi empresa, mi marca o mi producto incluye una palabra en español, ¿debemos traducirlo?
No son decisiones fáciles.
Otro tipo de traducciones que plantean esfuerzo en el sitio Web son las monetarias. Poner precios en diferentes monedas exige un esfuerzo de mantenimiento, así como un control riguroso de los tipos de cambio usados. El comercio internacional en buena medida usa el dólar estadounidense como lenguaje común, lo que facilita un poco las cosas.
Y un tercer nivel de traducción es necesario cuando dos computadores establecen una conversación entre sus diferentes programas. Este es un problema técnico que este sí, debe delegarse a los profesionales informáticos. Existen los estándares necesarios para que todo funcione. Debemos verificar de no usar nosotros alguna tecnología exótica que nos ponga fuera del mercado, o que provoque una «segmentación por tecnología», lo cual será el tema central del quinto «mito» de Internet.