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Luego de haber participado en el foro «Uruguay Hacia La Nueva Economía»,
¿qué impresión tiene del evento?

-Es muy positivo que se realicen estos eventos de intercambio de experiencias e iniciativas, en este caso por el solo hecho de que se reuniera, con la participación del Presidente Batlle y el apoyo de diversas organizaciones empresariales, creaba un marco de mucho interés para el país.

Cobra particular importancia el hecho que en Uruguay se continúe con la discusión de estos temas para llegar a un proyecto de alcance país y su inserción en el contexto internacional. Si además sumamos todo aquello que tiene que ver con los temas de desarrollar la «Nueva Economía», todo ello tiene un sabor muy dulce.

El evento tuvo un encare muy fuerte con respecto a los emprendimientos y a las «empresas.com», tema a mi entender con una importancia pequeña en relación con la real «Nueva Economía», ya que ésta no es como se la ve solo a partir de los éxitos de los emprendedores sino en función de todas las oportunidades que el mercado brinda.

El plato fuerte de la «Nueva Economía» es la forma de reconvertir la economía real aprovechando la capacidad de transmitir e intercambiar información de mejor calidad, cantidad y velocidad.

¿Qué premisas tiene que tener Uruguay para viabilizar éstas ideas?

-Lo que ya tenemos es la materia prima: recursos humanos y conocimiento; esto está dado por dos ventajas para Uruguay: a nivel regional, un nivel más alto de recursos humanos y por otro lado el hecho de que la creación de conocimiento y capacitación comparativamente no tiene necesidad de grandes inversiones; por lo tanto partimos de una buena posición y no nos es demasiado caro mejorarla. Hay otras ventajas, Uruguay es un país que tiene en líneas generales una legislación avanzada y una situación política y económica estable.

Entre los elementos a resolver está el de crear un marco jurídico que sea claro, donde las inversiones tengan referencias bien claras, a esto se debe sumar las demandas sectoriales, por ejemplo, las vinculadas a Internet que reclaman un mayor ancho de banda; así como las universidades y centros de formación que reclaman más presupuesto.

Deberíamos agregar a las necesidades a cubrir el rol que debería jugar el gobierno a nivel internacional como impulsor de una imagen de país interesado en estos temas. Tiene que haber una coordinación que cruce horizontalmente todas estas actividades, que permita lograr una imagen positiva del país.

Pero el gobierno del Dr. Batlle viene haciendo esfuerzos evidentes en este sentido.

Sí, hay un camino que se viene transitando, se formó una comisión multisectorial que la preside el propio Dr. Batlle. No es fácil en medios como el nuestro viabilizar estos temas de fondo, sería necesario contar además con una idea-fuerza equivalente a la de «poner el hombre en la luna» que permitiera generar una real alternativa en estos campos.

Cuando se habla de normas jurídicas claras, ¿esto comprende a ANTEL?

-Sí, lo de Antel tiene varios ángulos y antecedentes que aparecen en el momento de ser tratados estos temas. Lo que hay que tener en cuenta es que hoy nadie habla de telefonía básica, la transmisión de voz es casi un tema secundario, los temas de hoy no estaban hace 5 años. En los temas a discutir sobre Antel hay varios aspectos jurídicos, económicos y de orden político , por ejemplo uno de ellos es que Antel es juez y parte, esto sería claro si hay a quien juzgar.

La tecnología de hoy no elimina las discusiones políticas de estos temas, pero vuelve obsoleta parte importante de las discusiones que generó en otro momento del país. Hay que partir de la importancia del rol de Antel, de algunos aspectos se habla poco, por ejemplo Antel vuelca a rentas generales 250 millones de dólares anuales, este es un tema político y no técnico, pero existe.

Se podría decir que lo que ha quedado obsoleto es la vieja discusión política, lo que no quiere decir que no haya que discutir políticamente ya que Antel es del Estado y los problemas del Estado se resuelven con política, no con decisiones económicas .

Ud dice que Uruguay cuenta con recursos humanos importantes, ¿en cuáles de los perfiles de la Nueva Economía se debería poner énfasis?

Se planteó en este foro un ejemplo muy importante que fue la experiencia recogida por parte de las universidades uruguayas al visitar Carolina del Norte en Estados Unidos; allí se viene generando una actividad científica – empresarial donde convergen universidades, gobierno y empresas. El problema no es formar recursos humanos sino hacer tentador dos aspectos: que los técnicos se queden en el país trabajando y por otro lado que las empresas del exterior nos manden trabajo para realizar y no que los requerimientos sean de llevarse a nuestros técnicos. En síntesis el esfuerzo real es que Uruguay sea interesante para desarrollar fábricas de software, laboratorios de desarrollo y centros de operaciones.

Si solo formamos técnicos no queda otra que «exportarlos», invertir solo en la formación de técnicos sin un proyecto que capture estos recursos humanos implica generar un mecanismo que no aporta nada al país, lo grave de estos es que «exportamos» los mejores «cerebros».

¿Qué percepción tiene Ud. del uso que tiene la sociedad uruguaya de estas nuevas tecnologías?

– Hay un problema a nivel de cada uno de nosotros, del usuario final, pero hay otro vinculado a la transformación de la forma de producir y hacer negocios de las empresas, es un problema que no pasa por el número de usuarios que hay conectados por Internet.Por ejemplo, el 95% del tiempo los expedientes del Estado «esperan» que alguien los apruebe, que alguien los lleve de un lugar a otro, o que alguien los busque.

Sin tocar nada de la legislación vigente, solo utilizando las herramientas de la informática actual, se podría suprimir una parte muy importante de ese 95% que tanto nos perjudica. En vez de esperar 10 días se esperaría 10 minutos y los costos serían menores. Este fenómeno alcanza a toda la economía, desde la producción de arroz a la gestión de permiso de construcción de la Intendencia Municipal de Montevideo. Hay que prestarle atención a estos fenómenos, ya que abarcan toda la economía y es el punto donde hay que encontrar las ventajas comparativas.

El proceso profundo de la nueva economía no es el que se ve a simple vista, no es el superficial, es el que pasa por las transformaciones de los procesos y etapas de los distintos negocios. En el mundo de hoy hay industrias enteras que están cambiando la velocidad del ciclo de negocios, el volumen total de inventarios o los costos asociados a la producción de bienes y servicios.

Esta es la economía real y no virtual que está sufriendo cambios y esos sí son irreversibles. Hoy estamos en el período «oportunidades», el que esté por debajo de él, le costará mucho sobrevivir.

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