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La verdad es que me entusiasmé. Alguno podrá tildarme de iluso, pero creo que vale la pena entusiasmarse. Le pregunté por Twitter a «Nómade Comunidad Consultora» sobre la conformación de la muestra de una encuesta que publicaron. Y me entusiasmé porque habitualmente las encuestadoras o no contestan, o me mandan a estudiar, o directamente me sueltan una cantidad de epítetos y listo. Pero esta vez no: agradecieron la consulta y respondieron con términos sencillos pero precisos. ¡Era para entusiasmarse!

Lamentablemente la alegría duró poco. Cuando llegamos a la pregunta crocante sucedió lo de siempre: me mandaron a estudiar, y después hubo silencio en la línea, pasto girando en el desierto y cri… cri… cri… Claro, usted se preguntará cuál es la pregunta crocante, muy sencillo: ¿por qué ponderan una encuesta con muestreo por cuotas?

Hacer pascualina con una receta de buseca

Nota importante: El muestreo por cuotas es una técnica con defensores y detractores, pero no es nuestro punto de análisis hoy, así que al menos hasta el final de la nota, vamos a asumir que es excelente y no tiene contraindicaciones. (Lanzadores de tomates podridos abstenerse)

Supongamos que nos interesa hacer una encuesta y sabemos que las mujeres contestan distinto que los hombres y quienes votaron al Frente Amplio en 2019 distinto que el resto. El FA tuvo un 39,02% de los votos en 2019 y las mujeres representan según el Censo de 2011 el 52% de la población.

1.- Lo que dice el muestro por cuotas es que si representamos en la muestra a estos grupos proporcionalmente a la población, tendremos también una buena representación de sus opiniones. Haciendo unas cuentas rápidas, del tamaño de muestra que se elija, se deberán tomar las siguientes proporciones:

Mujeres FAMujeres NO FAHombres FAHombres NO FA
20.3%31.7%18.7%29.3%

Con estos datos se hacen encuestas seleccionando a los encuestados de la forma que se prefiera (según el muestreo por cuotas, este punto es irrelevante) pero teniendo la precaución de completar cuidadosamente cada cuota hasta llegar al total de la muestra.

2.- Ponderar es una técnica que se asocia a las encuestas que se basan en una muestreo al azar. Si una muestra es tomada al azar es esperable que los porcentajes de cada segmento sean parecidos a los de la población, pero no iguales. Ponderar asume que si ajustamos el peso de cada segmento para que se ajuste a la población, el resultado será más representativo. Supongamos que obtuvimos solo 17% de mujeres frenteamplistas, como en la población son un 20.3%, ponderamos sus opiniones multiplicándolas por 20.3/17 (aproximadamente 1.194). Y así con cada uno de los segmentos.

3.- Acá viene la pregunta crocante: ¿bajo qué pretexto es necesario ponderar una muestra por cuotas, que tiene exactamente los porcentajes que decidimos que tenga porque la diseñamos exactamente así?

O dicho de otra forma: si tenía que dar 20.3% y como muestreamos por cuotas dio exactamente 20.3%, el multiplicador para ponderar es exactamente 1. Y si lo mismo sucederá en todos los segmentos: ¿con qué criterio eligen otro ponderador?

Ponderar una muestra por cuotas es lo mismo que hacer pascualina con una receta de buseca: nada bueno puede salir de ese embrollo.

Seguiremos esperando

Resulta hasta cierto punto extraño que los encuestadores que llenan espacios de todos los colores en todos los medios, y que a la hora de opinar no se privan de absolutamente nada, no se animen a hablar sobre la pregunta crocante. Es como un tabú, como el ajo que aparta al diablo, como la criptonita de Súperman: sale el tema y la conversación se termina abruptamente.

Acá seguiremos esperando con paciencia que alguien nos explique cuál es nuestro error, qué es lo que está mal en los cálculos o en el razonamiento. Mientras tanto, cada vez que vea una encuesta que incluya muestreo por cuotas y ponderación, recuerde inmediatamente la pregunta crocante y su respuesta: es como hacer buseca con la receta de pascualina, o al revés, que no es lo mismo pero es igual.