A modo de introducción
Tal como dijimos en la edición anterior, las afirmaciones que aquí se hacen, son a título personal. Crea en ellas o descártelas a su gusto. No se trata ni de una encuesta, ni de un estudio de mercado. Tampoco es la opinión de Harvard sobre el tema. Pero tal vez si medita un poco sobre ellas, no las encuentre tan absurdas y le ayuden a entender los porqués del comercio en la red. Espero desde ya sus comentarios.
Los costos no necesariamente son más bajos
En cualquier segmento de mercado los costos son más bajos sólo para el que hace bien las cosas: aquí tambien. Pero más que eso: el supuesto de que un servidor atiende a cualquiera a toda hora en todas partes del mundo, esconde un engaño impresionante sobre los costos.
Piense en un supermercado de por ejemplo 500 tickets a la hora. Tendrá sus reponedores, sus promotores y promotoras, un encargado, las cajeras, etc., pero cada cliente se llena su carrito, a su gusto, sí, pero él solito. Ahora llene 500 carritos por hora para sus clientes en la Web. ¿Está seguro que es más barato? Y qué es más barato: ¿el predio del estacionamiento o el envío? Muchos comercios aprendieron rápidamente que como en la operación tradicional, la transacción comercial en Internet tiene costos asociados explícitos y ocultos y que no necesariamente son más bajos que los de la operación normal.
Internet no va a eliminar a los Distribuidores
Los distribuidores, o simplemente comerciantes, sean mayoristas o minoristas existen hace mileños. Los fenicios, Marco Polo, el propio Colón son antiquísimos ejemplos de comercio. Cada movida en el mercado ha incrementado el papel que los distribuidores juegan, multiplicando su cantidad, el volúmen de su negocio y su poder. Junto con ese desarrollo sigue existiendo la venta directa de fábrica, como una alternativa válida que muchos productores explotan. ¿Internet va a cambiar ésto? No, absolutamente no.
Internet va a rehacer el mercado de la distribución, haciendo desaparecer algunos actores, trayendo actores nuevos y reconvirtiendo a otros, pero la tendencia es una vez más a fortalecer el papel de la distribución como actividad independiente de la producción de bienes y servicios.
La causa es la misma que hace existir la distribución: los distribuidores agregan valor al cliente: ponen en sus manos el producto justo, en el momento justo al precio justo. Eso es un arte, en el que los grandes distribuidores, (mayoristas, supermercados, cadenas de tiendas) son lo mejores artistas. No alcanza con afirmar que los fabricantes tienen tantas posibilidades de poner un site en Internet como los distribuidores: son sólo estos últimos los que conocen al dedillo los hábitos de compra de los consumidores. No va a ser Internet quien cambie mágicamente esta regla. Ahora, si algún fabricante quiere lanzarse al mercado de la distribución (cosa que tambien existía antes de Internet), pues ¡bienvenido sea!
Las particularidades regionales juegan
El mercado es global, no hay duda. Pero la gente es gente. Si bien ya se venden camisetas del Badajoz en Uruguay, el 99,99% de los uruguayos somos hinchas de Uruguay y de algún cuadro uruguayo. Tomamos mate, comemos dulce de leche, ñoquis los 29 y la pizza (pronunciada «pisa» y no «pitza») se hace a la pala, en horno de leña. Y sigue siendo mucho más fácil exportar a Argentina que a Tanzania.
En resumen, el mercado es cada vez más global, pero la gente, nosotros los seres humanos, seguimos viviendo en un entorno que nos marca. Los comercios en Internet no escapan a esa realidad. Haga una mezcla ingeniosa de lo local con lo global y será exitoso en su país. Y si piensa en buscar compradores fuera de fronteras, verifique nuevamente la mezcla. La receta: equilibrio dinámico entre uniformidad global y particularidad regional. ¿Por qué no venderle dulce de leche a los Tanzanianos por Internet? ¿Y a los uruguayos que están en Tanzania?
La venta de contenidos es difícil en Internet
Salvo que estemos hablando de contenidos de alto o altísimo valor agregado para un segmento muy específico, el Internauta elige de forma casi invariable irse de una página que le pide una tarjeta de crédito para seguir, sea que esta buscando fotos porno, precios de acciones o informes sobre la vida en Marte.
Los actores actuales muestran un convencimiento claro de que esto es así, y han reconvertido sus propuestas para ofrecer contenidos de valor a precio cero, centrando el negocio en la venta de publicidad. Los que piensan en entrar siguen soñando con cobrarle cinco dólares a miles de usuarios en el mundo por un contenido que el site vecino ofrece gratis y con regalos.
La función debe continuar
Si hay algo que está claro es que Internet se redescubre y refabrica a sí misma a la velocidad de la luz. Sin embargo, empiezan a aparecer tendencias claras y a desvanecerse ideas que hoy, hablando de años Internet, parecen viejísimas. Nadie es el dueño de la verdad. Sólo el tiempo y el mercado serán los árbitros.